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Vino y viñas

Descubre Chile: Vino y viñas

Una visita a Chile siempre valdrá la pena

Hace mucho tiempo ya que este largo país ubicado entre Los Andes y el Océano Pacífico, en el extremo oeste de Sudamérica, es un destino favorito para viajeros que gustan del trekking, que aman la naturaleza o disfrutan del esquí. Si bien es cierto que a principios de los años noventa era internacionalmente apenas conocido, hoy en día el vino chileno también está en la boca de todos. Maduradas en un clima mediterráneo templado, bajo un sol de verano constante, en suelos fértiles, irrigados por aguas ricas en minerales provenientes de los deshielos de Los Andes, las uvas de los viñedos chilenos constituyen una materia prima excelente para la producción de vinos tintos y blancos llenos de carácter y de alta calidad.

Entre la cordillera de Los Andes, con alturas de hasta 7.00 metros, y otra cadena montañosa en el oeste, la cordillera de la Costa, con alturas de hasta 2.000 metros, se extiende a través de todo Chile un gran valle longitudinal. Este valle es seccionado por numerosos valles fluviales que se encuentran en dirección este-oeste, los cuales transportan las aguas desde Los Andes hacia el mar. Entre el Valle de Aconcagua, ubicado a unos 150 kilómetros al norte de Santiago, y la ciudad de Concepción, a 500 kilómetros al sur de la capital, se encuentran las tierras aptas para el cultivo de las cepas. Gracias a la cordillera de la Costa que contiene la fuerte influencia marina del Pacífico, pero que a la vez deja pasar la cantidad necesaria de aire marino húmedo, existen condiciones ideales para el desarrollo de cepas en los valles fluviales. Los variados suelos y un clima estable y predecible contribuyen a que los viticultores pue dan contar con un gran número de microclimas: Algunos apropiados para vinos frescos y frutosos, otros para vinos maduros tintos o blancos, mientras que otros lo son para grandes cosechas para la elaboración de vinos de mesas simples.

Una inestimable ventaja para los vinicultores chilenos es el hecho de que la filoxera no existe debido a la constante erosión del suelo por aguas de deshielo. Grandes tipos de cepas tradicionales como el cabernet sauvignon se encuentra solamente aquí sobre verdaderas raíces, por lo que no necesitan injertos. Entretanto, el boom económico de los últimos años y la modernización tecnológica de las viñas han conducido a que Chile se haya transformado en un garante de buenos vinos tintos, a precios razonables. Además se han ido desarrollando vinos blancos frescos y gustosos. Típicos del país son los vinos de la rara cepa carmenère.

En el transcurso del reconocimiento internacional de los vinos chilenos muchos productores locales han comprendido el rol del turismo del vino, invirtiendo fuertemente en el desarrollo de infraestructura turística. Es así como las visitas a las viñas, organizadas sin dedicación con el fin de degustar vinos baratos son cosa del pasado, ya que hoy en día las viñas compiten con una oferta bien elaborada que incluye desde selectos restaurantes, bodegas altamente modernas o bien antiguas y románticas, teleféricos que transportan a los visitantes a puntos de observación, hasta hoteles campestres de lujo. En fin, atracciones que seducen a amantes del vino y viajeros en general de todo el mundo.